Las relaciones humanas desde
siempre se han visto determinadas por diferentes características y particularidades
a lo largo de todo el proceso histórico, llegando a establecerse una clara
diferenciación teórica, o como algunos académicos prefieren llamarlo,
clasificación:
-
Relaciones primarias
-
Relaciones secundarias
Relaciones primarias.- Son aquellas que se establecen cuando las
personas se relacionan entre sí, por ellas mismas.
Relaciones secundarias.- Son las que se originan por la necesidad
de un servicio o función que puede prestar una persona a otra.
Origen de las relaciones humanas
El ser humano es el ser social
por excelencia, por lo mismo que nace con la capacidad y necesidad de
socializar, siendo su primer referente de socialización, su madre.
Las relaciones humanas se
iniciaron desde que Dios creó al hombre. Adán antes de conocer o saber de Eva,
se relacionaba con las plantas y los animales. También solía hablar con su
creador (Dios). Cuando éste le dio una compañera su felicidad fue
indescriptible por lo mismo que ahora ya tenía a una persona semejante a él
para interactuar y compartir en un sentido amplio de la palabra, iniciándose de
esta manera las primeras relaciones humanas.
Pero porqué el interés de hacer
esta breve descripción histórica, la hice deliberadamente con el objetivo de
establecer los rangos de poder y/o subordinación que necesariamente tienen que
regirse en las diferentes relaciones humanas. Con mucha mayor razón, si se
trata de relaciones humanas con matiz político, donde se hace necesario el
establecimiento de liderazgos y la conformación de los adeptos o seguidores
para el logro de los fines políticos de conformidad al ideario político
establecido por un partido o movimiento político.
Hay una institución reconocida en
el mundo, denominada Asociación
Latinoamericana de Organización de
Promoción del Desarrollo, (ALOP), la cual es una plataforma regional
integrada por 48 Organizaciones No Gubernamentales de América Latina y el
Caribe (ALC), que busca incidir políticamente en los procesos, la reflexión y
el debate sobre la democracia y el desarrollo en el continente. ALOP es una
entidad autónoma y un actor de la sociedad civil de la región que se proyecta
como tal en la acción, en el debate y en la generación de conocimientos, y que
sistematiza las prácticas sociales organizadas que tienen lugar en la región.
Los informes que publica ALOP cada dos años son consecuencia de la constante
interacción y recorrido que hacen con los diversos actores sociales de cada uno
de los países de la región, por ello sus conclusiones y perspectivas sin duda
alguna nos permitirán entender un poco mejor la concepción de poder en la
región y el innegable aporte y contribución de los movimientos sociales:
“Es a partir de los años 90 que
los movimientos sociales, asumen un rol protagónico a través de movilizaciones
extensamente ejemplificadas en los informes nacionales: en favor de la equidad
de género, de los derechos de los pueblos indígenas, actuando en los conflictos
territoriales y ambientales frente a empresas transnacionales, debatiendo la
agenda global en foros sociales mundiales y movimientos altermundistas. En
América Latina los movimientos sociales han tenido un rol muy significativo que
va desde la lucha política contra los autoritarismos en los años ochenta,
avanzando progresivamente en la década pasada hacia estrategias de resistencia
frente al modelo neoliberal, un modelo que se expande y consolida en la región,
legitimándose al amparo de los gobiernos elegidos democráticamente”. (1)
Siendo así, podemos inferir que
los movimientos sociales terminaron por plegarse o allanarse a los intereses y
propósitos de la clase política o movimientos políticos, como algunos
estudiosos han venido señalando, soy de los que piensan que el análisis resulta
ser más complejo y diverso por lo mismo que la mayoría de movimientos sociales
se han tenido que gestar y desarrollar en medio de contextos no siempre fáciles
de entender y/o manejar, tal como sucedió en Centroamérica o en varios países
sudamericanos como Perú, Ecuador o Bolivia, donde muchas veces los movimientos
sociales tuvieron que asumir la conducción para la caída de los regímenes de
turno, por ello hoy más que nunca, se hace necesario plantear la interrogante
de si en verdad debemos gobernar o dejarnos gobernar, ya que en los últimos
años hemos tenido innumerables ejemplos de que siendo gobernados
lastimosamente, hemos terminado siendo bastante afectados, por lo mismo que no
hemos sido debidamente representados por quienes se entiende llegaron al poder
para materializar nuestras legítimas aspiraciones y por el contrario sólo
terminaron dándonos la espalda y lucrando a costa nuestra.
La invitación a participar en una manifestación de cogobierno está planteada, pero requeriremos formarnos y
prepararnos adecuadamente para que aun no siendo parte de las cúpulas de poder,
podamos también impulsar las reformas que como Estado necesitamos, para lo cual
evidentemente tendremos que trabajar en estrecha coordinación con el Poder Ejecutivo
y el Poder Legislativo, cuyos representantes por supuesto, serán ubicados en esos niveles de
poder a través de una elección seria y responsable por parte de la ciudadanía.
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(1) ALOP.
Informe Democracia y Desarrollo. México. 2011. Pág. 14 y 15.
Ricardo Rivas Pizarro.
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