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CARDENALES Y ESTILOS DIFERENTES EN EL PERÚ


Desde hoy 28 de Junio, el Perú cuenta con dos Cardenales, quien es el actual Primado del Perú, Mons. Juan Luis Cipriani Thorne y el recién ordenado Cardenal, Mons. Pedro Ricardo Barreto Jimeno, s.j. Lo curioso de ambos purpurados peruanos radica en sus posiciones y opiniones respecto al accionar político de la clase política, intervención de la Iglesia en la vida política en el país, temática social y económica en el país, así como en otros temas que naturalmente generan polémica y también adeptos como detractores en la población peruana.


                                        Monseñor Juan Luis Cipriani Thorne



Otro aspecto a tomar en cuenta es que ambos Obispos se encuentran próximos a jubilarse ya que Mons. Juan Luis Cipriani Thorne cumplirá 75 años el 28 de diciembre del presente año, y Mons. Pedro Ricardo Barreto Jimeno s.j. cumplirá 75 años el 12 de febrero del próximo año. Esta situación ha hecho que se generen muchas especulaciones, preguntas e incluso atisbos de intriga por parte de los fieles católicos y quienes no siendo católicos se sienten involucrados, afectados o comprometidos por la presencia en el Perú de dos Cardenales, los que no son ni serán del Perú, sino de la Iglesia Católica. Siendo así, debemos entender que la designación de un nuevo Cardenal es un hecho histórico para nuestro país, ya que hasta ahora, sólo se había designado un Cardenal en el Perú. Por otro lado, cabe indicar que por Derecho Canónico, los Obispos deben presentar su renuncia al cumplir los 75 años de edad, pero quien acepta su renuncia es el Santo Padre, quien en ocasiones deja un tiempo al frente de la jurisdicción de la que es titular el Obispo renunciante. Además, como Cardenal, un Obispo aún cuenta con responsabilidades, así como con voz y voto en un eventual conclave hasta la edad de 80 años.


                             Monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, s.j.



La designación de un Cardenal por parte del Santo Padre no tiene una intencionalidad política o sectaria como ya algunos sectores no necesariamente católicos han dejado entrever, sino más bien, tiene un sentido y un significado eminentemente pastoral, es decir, no se le está recortando atribuciones o facultades al actual Cardenal, ya que Mons. Juan Luis Cipriani Thorne, es el Arzobispo de Lima y como tal, sólo tiene competencias en su jurisdicción, Mons. Pedro Ricardo Barreto Jimeno, s.j. por su lado es el Arzobispo de Huancayo e igualmente, sólo tiene competencias pastorales en su jurisdicción, consecuentemente no habrá ni tiene porque generarse conflictos o disputas de poder, ya que ambos Cardenales tienen sus respectivas responsabilidades frente a la Iglesia Católica, las mismas que han sido encomendadas por el actual Papa Francisco. A su vez, ambos Cardenales como Obispos son parte de la Conferencia Episcopal Peruana y tienen responsabilidades y labores en la misma Conferencia Episcopal que congrega a todos los Obispos peruanos.

Lo especial y no poco importante es el sentimiento y opinión que despiertan nuestros dos Cardenales, debido a su poca o demasiada afinidad respecto a temas tan sensibles como Derechos Humanos y Cuidado Ambiental, ya que mientras uno prefiere ver con cierta ligereza las denuncias y atropellos de los derechos humanos no sólo durante el periodo de violencia política que le tocó vivir a nuestro país, sino también hoy en día que se vienen haciendo públicas muchas denuncias de personas que fueron víctimas de grupos armados o de las fuerzas del orden, las posiciones de ambos Obispos no son del todo coincidentes; de igual forma, cuando se tocan temas vinculados a las actividades extractivas en nuestro país, uno apuesta por el desarrollo y el progreso que estas actividades pudieran traer y otro defiende con firmeza los recursos naturales ante la inminente explotación de los recursos minerales que como sabemos de sobra causan impactos ambientales que no son del todo restaurados por quienes pretenden explotar nuestros recursos naturales, tal como ya ha sucedido en muchas regiones de nuestro país.

Finalmente, es necesario indicar que la Iglesia Católica tiene motivos de sobra para encontrarse jubilosa por contar desde el día de hoy con 14 nuevos Cardenales que trabajarán en estrecha colaboración con su Santidad Francisco para seguir trabajando en los temas que muchas veces nos angustian y nos cuestionan profundamente como comunidad de fe e hijos de Dios. La Iglesia Católica es lo que es gracias a los aciertos y errores no sólo de los consagrados, sino de todo el pueblo de Dios.


                                                                                                        Ricardo Rivas Pizarro.

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SER ADULTO MAYOR EN COLOMBIA Y PERÚ


Llegar a tener 60 años o más,  que es lo mismo que llegar a ser adulto mayor en nuestros países (Perú y Colombia), se ha constituido en todo un desafío por lo mismo que no existen políticas de Estado visibles ni programas integrales que nos aseguren tener una vejez digna, por esta razón, es común observar a personas adultas mayores deambulando por las calles solicitando una moneda o algún producto comestible que les pueda servir de alimento, en el mejor de los casos, ya que también, es usual observar o hallar ancianos en total situación de abandono, dejados a su suerte.

Las políticas de Estado en Perú y Colombia respecto a la atención y cuidado de los adultos mayores aún se encuentran en pañales por lo mismo que ni siquiera son políticas propiamente dichas, sino que en la mayoría de casos, son sólo programas o proyectos adscritos a un determinado sector público como: Salud, Desarrollo o Educación, razón por la que se hace imperativo implementar políticas o cuando menos, programas de atención y cuidado de los adultos mayores que les permitan terminar sus últimos años con calidad de vida y con una atenta mirada de los organismos competentes y no como viene sucediendo en la actualidad, en la que no son tomados en cuenta por el hecho de no encontrarse con el “estatus” de pensionista o porque ni siquiera fueron incorporados a alguna institución pública  que les provea al menos de atención primaria: hospedaje y alimentación. Por otro lado, las instituciones que existen para este fin en su mayoría, son entidades o instituciones benéficas de derecho privado. Y al referirnos a instituciones benéficas, estamos hablando de las iniciativas particulares de algunas personas o instituciones que buscan instaurar un espacio físico o estructural destinado a los adultos mayores.





Al igual, que en otras ocasiones, esta vez he decidido contar con la generosa colaboración de la Dra. Sandra Juliana Roa Parra, quien es promotora de actividades pro adulto mayor en Santander. Colombia, para que pueda enriquecer con sus conocimientos y experiencia nuestra modesta perspectiva sobre el tema.
“En Santander- Colombia, el adulto mayor goza de cierta protección por parte del Estado, mediante apoyos que provienen de la Gobernación del Departamento, y de las Alcaldías Municipales, a través de una estampilla que se convierte en un auxilio monetario por cada adulto mayor y que es destinado para su cuidado, alimentación, y vivienda.  Estos auxilios son otorgados a los hogares que se han creado para tal fin.   Desafortunadamente no siempre son utilizados en muchas entidades, para los fines que los propician.  Por ello vemos con preocupación que muchos adultos mayores ven pasar sus días sin alguna ilusión o alegría.  Las familias aún no han comprendido la importancia de nuestros ancianos como focos de experiencia y ternura.  Consideramos que el abandono hacia las personas de la tercera edad es cada día mayor.  No se le permite al adulto mayor soñar con un mejor mañana, pues sus días transcurren encerrados en cuatro paredes.  Pudiendo implementar programas de emprendimiento, y terapia ocupacional, donde cada uno pueda aportar sus destrezas y conocimientos para crear productos que les generen un ingreso adicional o un incentivo recreativo.  Falta mayor integración familiar, ya que veces dejamos a las familias fuera del  proceso con los adultos mayores, hecho que crea depresión y mucha ansiedad en ellos.  Es importante igualmente que las entidades que atienden a adultos mayores cuenten con las instalaciones físicas adecuadas para los cuidados y las condiciones clínicas de los mismos, pues esto facilitaría su calidad de vida.  Consecuentemente, debemos entender que todos ellos forman parte de nuestra historia, por lo cual, debemos conservarlos con amor, tolerancia y mucha paciencia”.  Sandra Juliana Roa Parra.

En el norte del Perú, precisamente en la Región Piura, existen 05 Asilos de Ancianos que tienen la responsabilidad de atender a una población aproximada de 190 ancianos, de los cuales 02 se encuentran en la Provincia de Morropón, y es una la que se encuentra en el Distrito de Chulucanas, el cual tiene el nombre de “Hogar Luz, Vida y Amor”, que es un Asilo que en la actualidad alberga a 16 abuelitos que han sido declarados en abandono por las autoridades o que han sido traídos a la institución por algún familiar o amigo que determinó que merecía ser atendido y cuidado por quienes se encuentran a cargo del “Hogar Luz, Vida y Amor”, la cual es una institución privada, pero que sin embargo, no cuenta con recursos propios, sino tan sólo con el patrocinio eventual de algunos benefactores como la Diócesis de Chulucanas, que aunque sea una jurisdicción eclesiástica pequeña y de escasos recursos económicos, siempre se las ingenia para hacer llegar lo elemental cada mes a quienes se encuentran bajo el amparo del “Hogar Luz, Vida y Amor”. Esta institución desde hace cuatro años se encuentra dirigido por las Hermanas Pequeñas Apóstoles de la Redención, que es una comunidad de religiosas que viene trabajando en la Diócesis de Chulucanas desde hace once años.




Un aspecto que es común a ambas realidades es que muchas veces los ancianos son derivados o enviados a las instituciones de acogida que existen en Perú y en Colombia por las autoridades jurisdiccionales (Poder Judicial, Ministerio Público), pero que casi nunca asignan o posibilitan la obtención de recursos del tesoro público para proveerles lo necesario durante su estadía en la institución, por lo que las instituciones de acogida sean estas Asilos, Hogares de Acogida, Ancianatos o Geriátricos tienen que apelar a un sinnúmero de estrategias, mecanismos o vías para obtener los recursos económicos necesarios.

Finalmente, es muy frecuente observar que en la sociedad se encuentren personas que se interesen y comprometan con la precaria situación de los adultos mayores, quienes son precisamente los impulsores y promotores para la organización de Tómbolas, Rifas, Teletones o Radiotones a fin de invocar a la ciudadanía para recaudar algunos recursos que luego son destinados a los centros de acogidas sea cual sea su denominación.


                                                                                                         Ricardo Rivas Pizarro.

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Cuánto tiempo pasará para que tomemos conciencia del cuidado ambiental?

 
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