Ahora que se hace imperativo la implementación de medidas conducentes a reducir los montos de inversión en energía eléctrica, agua potable y material de escritorio, se pone en evidencia lo complicado que es cambiar la mentalidad de la clase burocrática que se encuentra en los sectores públicos, ya que muchos de los servidores públicos se encuentran trabajando décadas y se resisten a asumir nuevos comportamientos y actitudes que vayan en consonancia con el ahorro público, que más que ahorro, significa contar con mayores recursos que naturalmente terminarán siendo destinados a la inversión social.
Pero vayamos a intentar convencer al Jefe de Recursos Humanos o al Administrador de una dependencia del Estado que implemente en su área de acción las tres "R", de reducción, reutilización y reciclaje, sí que se constituye en una misión casi imposible. Por lo que se hace necesario que el D.S. N° 009-2009-MINAM más que encontrarse impreso y pegado en las oficinas de las dependencias públicas, tiene que ser impreso en la conciencia de quienes son servidores públicos, independientemente del cargo o función que desempeñen, sin que ello no obste que también el sector privado pueda hacer suyo el mencionado decreto.
Quienes somos parte de la sociedad civil con mucha frecuencia nos sentimos desatendidos, postergados y incluso marginados cada vez que acudimos a las oficinas de algún servidor público, siendo así, dependerá de cada uno de nosotros para posibilitar que la situación de ahora cambie sustancialmente. Ya que el aparato burocrático existe gracias a cada uno de nosotros y el tema de Ecoeficiencia nos compete absolutamente a todos.
Ricardo Rivas Pizarro.
Consultor Ambiental.