La trata de personas es un
fenómeno social que lamentablemente tiene antecedentes antiquísimos, ya que
para señalar desde cuándo se realiza el tráfico de seres humanos, tenemos que
remontarnos necesariamente a las primeras culturas, donde la compra y venta de
personas era una práctica muy común, debido en gran parte, al triunfo de un
pueblo sobre otro, en el que muchas personas (hombres, mujeres y niños)
resultaban apresadas, por supuesto, en las ocasiones donde las poblaciones no
eran arrasadas y exterminadas, matándolas de la manera más atroz y salvaje que
pudiera existir.
De acuerdo al Manual publicado
por la organización no gubernamental Capital
Humano y Social Alternativo, la
trata de personas es “La captación, el transporte, la acogida o la recepción de
personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de
coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación
de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para
obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con
fines de explotación”. (1).
Siendo así, la trata de personas
tiene como fin principal la obtención de ganancias exorbitantes a través de la
explotación laboral, sexual o de mendicidad a la que es sometida la persona, y
en muchos de los casos, contando con la inoperancia de autoridades o el
silencio cómplice que también se evidenció en muchos de los casos registrados.
El comercio de seres humanos aunque parezca increíble, hoy en día se ha constituido en una de las actividades más lucrativas que el ser humano pueda realizar, por lo que es posible obtener en promedio 150,000 millones de dólares anualmente, de acuerdo a lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo y la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito en el año 2018.
Con lo que surgiría una pregunta
válida y pertinente: ¿Cuándo en un país
los poderes se encuentran confrontados o polarizados, la trata de personas es
un tema de atención urgente?, esto sumado a que nos encontramos en un año
pre electoral en el que se buscará definir fórmulas presidenciales y claramente
establecer candidaturas congresales que por supuesto no serán las mejores
debido al poco tiempo con el que se cuenta para que los partidos políticos y
movimientos políticos elijan en virtud de la voluntad partidaria o de los
resultados democráticos que se den en las asambleas o congresos político
partidarios.
Cuando en un país la polarización y colisión de poderes es tan evidente y reiterativo, las diversas políticas sociales implementadas por un gobierno para resolver los diversos problemas existentes en un país, terminan siendo letra muerta, así por ejemplo la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia han pasado a un segundo plano, debido a que la policía nacional y las fuerzas armadas han tenido que asumir otro tipo de responsabilidades debido a la Pandemia que paralizó y alteró todas las actividades humanas, no obstante ello, la delincuencia no estuvo ni está detenida, ya que ellos siguen actuando a pesar de las diversas medidas restrictivas que se implementaron, así por ejemplo hay muchos bares en la ciudad de Lima y en otras provincias que en estas últimas semanas han venido desarrollando sus actividades con normalidad, y cito a los bares por ser los espacios donde habitualmente se encuentran a jóvenes que atienden o promocionan las supuestas bondades del establecimiento.
Por otro lado, las regiones de
Lima, Ancash, Cuzco y Puno son las regiones que han registrado un mayor número
de denuncias por trata de personas de
acuerdo al último reporte brindado por el Ministerio del Interior, sin embargo,
esta información no se condice con lo señalado por quienes estamos
constantemente indagando e investigando sobre los diversos fenómenos sociales
existentes en nuestro país, por lo que estamos en condiciones de señalar que al
menos durante las festividades de San Juan en varias regiones del oriente
peruano se intervinieron a muchas personas, principalmente a mujeres jóvenes
que estaban ofreciendo sus servicios sexuales en calles aledañas a bares y
restaurants, lo curioso es que un número significativo de las intervenidas
fueron menores de edad, que luego de las interrogaciones realizadas terminaron
indicando que fueron captadas para atender en bares o en spas por mafias que
son en alguna medida conocidas e identificadas por las autoridades, y todo
circunscrito a una realidad y una determinada festividad en el país, con lo que
fácilmente podemos inferir que existen realidades semejantes en otras ciudades
y contextos del Perú.
En cuanto a la legislación penal peruana podemos afirmar que, “El Estado peruano dispone de una tipificación y formulación legal adecuadas del delito de trata de personas, siguiendo las prescripciones del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres y niños que complementa a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Transnacional (Protocolo de Palermo). Esta tipificación recoge los elementos básicos que definen este delito: su acción, medios y fines, abarcando no sólo la trata transnacional, sino también la interna. Más aún, incorpora dos nuevos fines de la TdPs: la venta de niños y la mendicidad”. (2)
Venta y mendicidad que es promovida por grupos delincuenciales que cuando uno indaga o investiga su procedencia y accionar casi siempre termina concluyendo que tiene entre sus integrantes a ex policías, ex magistrados u operadores de justicia, que precisamente fueron sacados de su institución como consecuencia de hallarlos responsables de ilícitos vinculados a la trata de personas o por delitos afines.
En nuestro ordenamiento legal la
trata de personas se encuentra tipificado en el art. 153° y 153°A del Código
Penal Peruano, sin embargo, el avance más significativo es el que se emprendió
hace unos años en el Ministerio Público para crear la Unidad Central de
Asistencia a Víctimas y Testigos (UCAVT), el cual se viene implementando en los
distritos judiciales, y hago una referencia explícita a la UCAVT, por cuanto no sólo se trata de una norma reglamentada, sino
de un conjunto de acciones que grafican
el verdadero compromiso y preocupación por combatir la trata de personas en el
Perú, pero que aún hoy requiere de mayor presupuesto y la implementación de un
trabajo intersectorial donde además, se considere a otras instituciones como la
Iglesia, Gobiernos Regionales y Locales, ya que son diversas las necesidades y
temas pendientes de solución en torno al problema de la Trata de personas, y
por supuesto, todo se hace viable y manejable si incorporamos a todas las
instituciones y organizaciones que de acuerdo a sus competencias y
prerrogativas puedan contribuir con el manejo y el tratamiento apropiado de este
flagelo social.
Por ser este artículo sólo una
pequeña parte de una investigación que emprendimos hace poco, queda abierta la
discusión, corrección y ampliación de su contenido.
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(1). CAPITAL HUMANO Y SOCIAL ALTERNATIVO. La trata de personas en el
Perú. Manual para conocer el problema. Lima, Enero del 2010.
(2). OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO. El
Estado de la Trata de Personas en el Perú. Lima. 2018. pag. 163.
Ricardo Rivas Pizarro.
1 comentarios:
Excelente nota. Casi no conozco del tema pero la lectura me genero interés.
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