Hace algunos días el Presidente de la República Alan García Pérez estuvo en la ciudad de Sao Paulo (Brasil) en la Inauguración de Expoperú 2008, donde propuso crear Perubras, conformada por Petroperú y Petrobras, empresas dedicadas a la extracción, explotación y comercialización de petróleo en Perú y Brasil, respectivamente, con la finalidad de ampliar el Oleoducto Norperuano que permitiría extraer los crudos ubicados muy cerca a Andoas, Provincia Datem del Marañón, Departamento de Loreto.
La idea consiste en asociar a ambas empresas para la construcción de la nueva infraestructura, donde Petroperú debe ser la operadora, por su parte Petrobras impulsaría el desarrollo de emprendimientos nuevos en el sector petroquímico.
Respecto a la modernización del Terminal Bayóvar (Piura), el Presidente de Petroperú, César Gutierrez, afirmó que Petrobras podría participar en ampliar su almacenaje a diez o doce millones de barriles de crudo adicionales, y como se ubica al frente del sudoeste asiático, la idea es aprovechar su potencial para hacer trading al sureste asiático.
Lo que resulta curioso es que ni el Presidente de la República, ni el funcionario de Petroperú hicieron mención alguna a las implicancias ambientales, o están pensando que el crudo se encuentra en el aire o en un estado imperceptible por los seres que habitamos en estas regiones.
El Artículo I del Título Preliminar de La Ley General del Ambiente, indica:
"Toda persona tiene el derecho irrenunciable a vivir en un ambiente saludable, equilibrado y adecuado para el pleno desarrollo de la vida; y el deber de contribuir a una efectiva gestión ambiental y de proteger el ambiente, así como sus componentes, asegurando particularmente la salud de las personas en forma individual y colectiva, la conservación de la diversidad biológica, el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y el desarrollo sostenible del país".
Cada vez que el Presidente de la República formula sus declaraciones refiriéndose a las futuras inversiones , alianzas empresariales y constitución de nuevas empresas dedicadas a la extracción de minerales o petróleo, lo hace ignorando lo preceptuado en nuestra legislación ambiental.
Es posible, que ahora nuestro derecho a vivir en un ambiente saludable, sea renunciable y no nos hayamos enterado, de la modificación de la norma ambiental citada.
Por otro lado, las zonas por donde se desarrollarían estas actividades, como las zonas por donde se desarrollan las operaciones de extracción de crudo, son zonas que poseen una rica diversidad biológica, que en otras ocasiones ya ha sido dañado por el vertido de petróleo, ruptura de tuberías que transportan el crudo y otros denominados accidentes, donde por lo general nadie resulta sancionado, situaciones que no son mencionadas en las declaraciones y entrevistas que suele conceder el Jefe de Estado y los funcionarios del Ministerio de Energía y Minas. Como tampoco se dice algo respecto al incremento de presupuesto que viene solicitando el Ministro del Medio Ambiente para el ejercicio 2009. Que de ser aprobado, seguiría siendo insuficiente para la labor que desempeña este nuevo ministerio ya que se trata de 200 millones de soles para el periodo 2009. Son gestos y actitudes como estas las que hacen pensar que nuestro derecho a vivir en un ambiente saludable es renunciable, de ser así, yo no renuncié.
Ricardo Rivas Pizarro.
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